PRESENTACIÓN
En febrero ABAO Bilbao Opera pone en escena el segundo gran estreno de la temporada, La favorite de Donizetti en versión original en francés. Hasta ahora, solo se había representado en ABAO la versión en italiano, La favorita, la última vez hace 25 años.
La ópera de Donizetti tiene el estilo de la grand opéra francesa, con cuatro actos, ballet, coros y escenas espectaculares, y responde al llamado exotismo español que determinó el Romanticismo. Se inspira en la relación entre el rey Alfonso XI de Castilla y Leonor de Guzmán, con quien tuvo nueve hijos al margen de su relación con la reina María de Portugal. Una historia con triángulo amoroso, personajes históricos, abuso de poder, sacrificio, destino trágico y escándalo moral y religioso.
Siendo una ópera ideal para el lucimiento de grandes voces, atrae a cantantes de reconocido prestigio en este tipo de repertorio como la mezzosoprano Silvia Tro Santafé que interpreta a la sufrida Léonor De Guzmán, el tenor Ismael Jordi como el tercer vértice del triángulo amoroso, Fernand, y el barítono Vladimir Stoyanov en el rol del despechado amante Alphonse XI. Simón Orfila, Mikeldi Atxalandabaso y Alba Chantar, completan el cartel.
El director del Festival Donizetti de Bérgamo, Riccardo Frizza, Premio Tutto Verdi de ABAO Bilbao Opera, se hace cargo de la dirección musical al frente de la Euskadiko Orkestra, para poner música a la partitura original, de extraordinaria belleza melódica, ambición dramática y bel canto romanticista.
La producción de Valentina Carrasco, que debuta en ABAO, viene de la Fondazione Teatro Donizetti y l’Opéra National de Bordeaux y en 2022 obtuvo el Premio Abbiati a la mejor producción de la crítica italiana. La regista argentina sorprende con una propuesta con visión feminista, elegante, ambiciosa y con referencias históricas impactantes.
FICHA ARTÍSTICA
ELENCO
- Léonor de Guzman
- Fernand
- Alphonse XI
- Balthazar
- Don Gaspar
- Inès
- Un seigneur
EQUIPO ARTISTÍCO
- Director Musical
- Director De Escena
- Escenografía
- Coreografía
- Vestuario
- Escenografía|iluminación
- Producción
- Orquesta
MULTIMEDIA
SINOPSIS
ACTO I
Reino de Castilla, 1340. La Sinfonía se abre con una breve introducción para los instrumentos de cuerda, que van entrando sucesiva e imitativamente, de los contrabajos a los violines; los sonidos austeros y meditativos parecen un presagio del preludio de Aida. A continuación, el misterioso tema es expuesto y amplificado por toda la orquesta: hasta aquí, la atmósfera es religiosa y adusta. El primer tema, nervioso y agitado, cumple una función narrativa similar, dentro de la Sinfonía, que el que será el primer tema de la Sinfonía de La forza del destino; se retoma en un fugato con diversas combinaciones instrumentales y se contrapone a un segundo tema, una gran frase ascendente y descendente, cantable, que será tocada por toda orquesta al final de esta introducción instrumental. En el monasterio de Santiago de Compostela, los monjes cruzan el escenario. Su coro es uno de los más sencillos de Donizetti (una frase ascendente y luego descendente, un comienzo crescendo seguido de un lento diminuendo, como si se tratara de una sola respiración), pero al mismo tiempo uno de sus más refinados coros introductorios, con multitud de pequeños gestos instrumentales que conforman un sencillo contrapunto con respecto al canto.
El padre superior Baltasar está a punto de seguir a los monjes, pero ve a Fernando, el novicio destinado a sucederle, absorto en sus pensamientos y le pregunta por qué. Fernando le confiesa que es presa de un amor terrenal por una mujer cuyo nombre y condición desconoce. Fernando tiene la intención de abandonar el monasterio, a pesar de que su padre espiritual le recuerda las insidias de la vida mundana. En la playa de la isla de León, Inés y otras doncellas esperan el barco que llevará a Fernando hasta la dama desconocida: la atmósfera solemne e íntima del ambiente del monasterio contrasta con la ligereza del canto femenino de Inés y del coro, que cuenta con una orquestación leve, vaporosa, y parece avanzar de puntillas, como en la música de ballet. Fernando pide en vano a Leonor que revele su nombre y el secreto que la rodea; ella le confiesa que lo ama, pero que no puede convertirse en su esposa. Inés anuncia la llegada del rey: Fernando debe partir inmediatamente. Para recompensarle por su amor, Leonor le entrega una carta de recomendación con la que podrá hacer una brillante carrera militar. Ingenuo e idealista, Fernando cree que Leonor es una dama de alto rango y que el rey Alfonso XI, aunque casado, pretende su mano.
ACTO II
Alfonso pasea, enamorado y soñador, por los jardines del Alcázar y comenta con don Gaspar la victoria sobre los infieles: en la batalla ha destacado el joven Fernando, a quien el soberano desea recompensar. Aunque espera a un mensajero del Papa, Alfonso se propone primero recibir a su amante Leonor, con la que mantiene desde hace tiempo un romance al que se oponen tanto la corte como la curia romana. Leonor se rebela contra el rey, decepcionada y cansada de su condición de amante. Cuando el rey promete repudiar a la reina, haciendo caso omiso de las protestas del Papa, Leonor le pide que recapacite y que no cometa ninguna imprudencia. Durante la fiesta que ha organizado Alfonso para Leonor, el rey intercepta una nota que le ha escrito Fernando, que confiesa así su nuevo amor por un joven, aunque sin revelar su nombre. Baltasar, enviado del Papa, irrumpe para interrumpir la fiesta: amenaza al monarca –culpable de adulterio– con el anatema, maldice a la mujer por el escándalo y muestra una bula papal que contiene la excomunión de Alfonso.
ACTO III
Fernando declara al rey su amor por Leonor; haciendo fríamente sus cálculos, Alfonso decide casar a los dos de inmediato, en venganza por la traición de Leonor y para ponerse de nuevo a bien con la Iglesia. El aria de Alfonso constituye un ejemplo de cómo la música y el canto pueden tener dos significados: uno explícito y literal, el otro oculto y sutilmente irónico. Leonor sigue estando repudiada, pero decide confesar de inmediato su pasado a Fernando, renunciando a la felicidad: para ello envía a Inés en busca del joven. Don Gaspar hace detener a Inés, el rey nombra marqués a Fernando, le concede el título de caballero y se celebra la boda. Fernando está feliz, pero inmediatamente es objeto de burla por parte de los cortesanos, que se niegan a estrecharle la mano. Cuando llega Baltasar, el joven se da cuenta de la verdad: se ha casado con “la amante del rey”. Indignado con Alfonso y Leonor, Fernando tira al suelo su insignia de caballero, rompe su espada a los pies del rey (en un arrebato de remordimiento) y sale seguido de Baltasar. La declamación orgullosa y desesperada de Fernando, en el tempo di mezzo intercalado entre el tempo lento y la stretta del final, tiene la misma función que la maldición de Edgardo en el segundo final de Lucia di Lammermoor y revela otro aspecto del carácter del joven tenor romántico, hasta entonces soñador e idealista. Su primer intérprete, Gilbert Duprez, lo convirtió en uno de los momentos más famosos de la ópera.
ACTO IV
De nuevo en el monasterio de Santiago. Los monjes están cavando sus propias tumbas, lo que simboliza su deseo de abandonar los placeres terrenales. Baltasar exhorta a los peregrinos a rezar. Fernando está a punto de hacer sus votos, pero sus pensamientos están siempre con “la amante del rey”. Se acerca Leonor, moribunda y vestida de novicia: agotada por el dolor, moribunda, desea pedir perdón a Fernando, cuya voz oye rezar procedente de la capilla: está celebrándose la ceremonia de la vestición del joven. Este sale, reconoce a Leonor y se queda conmocionado. Ella declara su inocencia y pide perdón a su amado, quien, dominado por la pasión, le propone huir juntos, aunque ella le insta a que respete sus votos. Leonor muere, bendiciendo a Fernando, que dice a gritos a Baltasar y a los mojes que muy pronto va a llegar el momento de su propia muerte.