PRESENTACIÓN
Clausura la temporada en mayo una auténtica explosión de tensión musical y teatral, Otello de Verdi. Es un título imprescindible, penúltima ópera del compositor, cuya fuerza musical, arrebatadora e incesante, la atraviesa desde el primer compás.
En esta historia trágica e inmortal el amor, los celos, el racismo, la ambición, la manipulación y el engaño, se entrelazan en el penúltimo título del repertorio verdiano, basada en el drama homónimo de William Shakespeare que constituye un gran homenaje al autor inglés más universal.
Para dar vida a los protagonistas de este drama lírico, cuyos tres roles principales están entre los más exigentes de Verdi musical y dramáticamente, ABAO ha reunido un elenco encabezado por el tenor Jorge de León, quien regresa a Bilbao para hacerse cargo del rol de Otello y poner voz al poderoso “Esultate”, una de las entradas para tenor más famosas y comprometidas del mundo de la lírica. A su lado la gran soprano albanesa Ermonela Jaho interpreta a Desdémona, la víctima de la tragedia en la que brillan las virtudes del amor puro, la fe y la compasión. El trío protagonista se cierra con un barítono verdiano de referencia, Claudio Sgura, quien da vida a Jago y sus maquinaciones.
La parte musical está a cargo del director italiano Francesco Ivan Ciampa, que se pone al frente de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa para sacar el máximo partido a esta partitura que marca el punto más alto de la evolución del genio de Busseto.
En el escenario una producción de ABAO Bilbao Opera, concebida por Ignacio García y estrenada en 2015. La escenografía cuidada, sobria y elegante cuenta con un soberbio vestuario haute couture, lleno de color y cuajado de detalles suntuosos, obra del genial diseñador Lorenzo Caprile.
FICHA ARTÍSTICA
ELENCO
- Otello
- Desdemona
- Jago
- Cassio
- Emilia
- Roderigo
- Ludovico
- Montano
- Un Araldo
EQUIPO ARTISTÍCO
- Director Musical
- Director De Escena
- Orquesta
- Producción
MULTIMEDIA
AUDIO
SINOPSIS
ACTO I
Chipre, cerca del puerto; una posada cercana y al fondo, el castillo. Es de noche y se ha desencadenado una gran tormenta. Los habitantes de la isla miran al mar, ansiosos por ver llegar el barco de Otello. Finalmente, el barco arriba sano y salvo, y Otello saluda a la multitud con un grito triunfal: la tormenta que lo ha salvado ha completado la destrucción de la flota turca que él había iniciado. Frustrado por el amor que siente por Desdemona, Roderigo está dispuesto a ahogarse, pero Iago le aconseja que sea sensato. Odia a Otello por haber nombrado capitán a Cassio por encima de él mismo y ayudará a Roderigo y, de este modo, culminará al mismo tiempo su propia venganza.
Mientras los chipriotas celebran la victoria, Iago invita a Cassio a beber a la salud de Otello y Desdemona, sabedor de cuánto le afecta a él el alcohol. Incitado por Iago, Roderigo comienza una pelea con Cassio, ya borracho, y cuando Montano intenta detenerlos, Cassio lo ataca. Iago insta a Roderigo a que consiga que la ciudad se subleve. Otello interrumpe la pelea y, al descubrir que Montano está herido y mostrándose enfadado porque se ha perturbado el sueño de Desdemona, degrada a Cassio. Ordena a Iago que calme al pueblo. Otello y Desdemona, que se quedan solos, recuerdan los primeros tiempos de su noviazgo.
ACTO II
Un salón del castillo con un jardín al fondo. Iago sugiere a Cassio que intente recuperar el favor de Otello pidiendo a Desdemona que interceda por él y se regocija con su capacidad innata para el mal. Observa cómo Cassio se acerca a Desdemona y, al darse cuenta de la llegada de Otello, finge estar preocupado por los modales de Cassio, llegando a sugerir la posibilidad de que exista una relación entre él y Desdemona. A continuación, advierte a Otello de que tenga cuidado con los celos, que compara con una serpiente, y le aconseja que mantenga vigilada a su esposa. Después de que grupos de chipriotas hayan cantado una bienvenida a Desdemona, esta comienza a suplicar por Cassio, pero Otello la interrumpe, quejándose de que le duele la cabeza. Cuando ella intenta vendarle la frente con un pañuelo, él lo arroja al suelo, de donde lo recoge Emilia.
Desdemona ruega a su marido que la perdone si lo ha ofendido inconscientemente y él sopesa la posibilidad de que pueda haber dejado de amarlo por su color y su edad. Iago arrebata el pañuelo a Emilia con la intención de dejarlo en casa de Cassio. Otello ordena a Desdemona que se marche y Iago continúa minando la confianza de Otello en ella. Lamentando que su paz de espíritu haya desaparecido, Otello exige pruebas de la infidelidad de Desdemona y entonces Iago afirma haber oído a Cassio mientras dormía traicionando su amor por ella. También dice que ha visto el pañuelo, la primera prenda de amor de Otello a Desdemona, en la mano de Cassio. Otello jura venganza y Iago se compromete a dedicarse a esta causa.
ACTO III
En el gran salón del castillo, un heraldo anuncia la llegada de una galera procedente de Venecia. Iago promete inducir a Cassio a traicionar su amor por Desdemona en presencia de Otello. Cuando Desdemona vuelve a intentar hablar de Cassio, Otello le pide que le ate el pañuelo alrededor de su frente. Tras mostrarse incapaz de hacerlo, Otello se agita y le advierte de que la pérdida del pañuelo le acarreará desgracias, la acusa de infidelidad y la aleja de su lado, impasible ante sus lágrimas y sus pretensiones de inocencia.
Su dolor por esta aflicción, que ha servido para ponerlo a prueba, se convierte en rabia cuando Iago consigue que se esconda mientras él mismo habla con Cassio, una conversación urdida con astucia y en la que se habla en parte sobre Desdemona y en parte sobre la cortesana Bianca, locamente enamorada de Cassio. Otello, incapaz de oírlo todo, interpreta equivocadamente la diversión de Cassio, sobre todo cuando este saca el pañuelo, expresando su perplejidad por cómo apareció en su casa, y él y Iago se ríen. Cuando las trompetas anuncian la llegada del barco veneciano, Otello decide matar a Desdemona y Iago promete ocuparse de Cassio. Todos se reúnen para dar la bienvenida al embajador. Mientras Otello lee los despachos traídos por Lodovico, oye a Desdemona expresar su simpatía por Cassio y la pega. Anuncia que ha sido llamado a Venecia y que Cassio ha sido nombrado su sustituto. Lodovico intenta hacer las paces entre él y Desdemona, pero él la tira al suelo. Furioso por el ascenso de Cassio, Iago insta a Roderigo a asesinarlo, ya que gracias a ello Otello y Desdemona permanecerían en Chipre. Otello ordena a todos que se marchen, maldiciendo a Desdemona cuando intenta acercarse a él. Luego se desploma sobre el suelo, desmayado, lo que aprovecha Iago para regodearse de él y exclamar mofándose junto a su cuerpo inerte: “Ecco il Leone!”.
ACTO IV
Mientras Desdémona está preparándose para acostarse en su habitación, ayudada por Emilia, su corazón se llena de presentimientos y recuerda a una muchacha llamada Barbara, que murió por culpa de un amor no correspondido, cantando una canción sobre un sauce. Le da las buenas noches a Emilia, reza un Ave María y se acuesta.
Entra Otello, la despierta con un beso y le dice que rece pidiendo perdón por todos los pecados no absueltos. Ella suplica por su vida, negando sus acusaciones de haberle sido infiel con Cassio. Él la estrangula. Emilia llega con la noticia de que Cassio ha matado a Roderigo, pero él se encuentra ileso. Al oír las cómo la moribunda Desdemona reitera su inocencia, Emilia pide ayuda. Revela la verdad sobre el pañuelo y Montano dice que Roderigo, antes de morir, había revelado también lo que sabía del complot. Iago huye, negándose a aceptar su culpa. Lodovico coge la espada de Otello, pero éste saca un cuchillo y se quita la vida, besando a Desdemona mientras muere.