PRESENTACIÓN
Clausura la temporada en mayo la tragedia verista de Giordano, Andrea Chénier. Es un título imprescindible, una ópera intensa y dramática llena de melodías conmovedoras y emocionantes, con arias muy conocidas como la famosa «La mamma morta». En 2026 se cumplen 130 años del estreno de esta ópera en el Teatro alla Scala de Milán, y 73 desde su estreno en ABAO en el Coliseo Albia.
Este drama de ambiente histórico se adentra en lo social y abarca temas como el odio, la violencia, la guerra civil, los resentimientos, la lucha de clases, el amor y el romance en el marco de la Revolución Francesa, con la interpretación creativa de la vida y muerte del poeta André Chénier.
Para este título lleno de melodías vibrantes, conmovedoras y fluidas, ABAO ha congregado un elenco de primera magnitud encabezado por el tenor americano Michael Fabiano, quien regresa a Bilbao para hacerse cargo del rol protagonista. A su lado la admirable soprano Saioa Hernández, que debuta en ABAO como Maddalena di Coigny. El trío protagonista se cierra con un barítono dramático como Juan Jesús Rodríguez, que interpreta a Carlo Gérard.
La parte musical está a cargo del director Guillermo García Calvo, que se pone al frente de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa para sacar el máximo partido a esta partitura llena de amplias melodías, fragmentos declamatorios y escenas de gran efectividad.
En el escenario una coproducción de ABAO Bilbao Opera y el Festival de Peralada, concebida por Alfonso Romero. La escenografía cuidada y elegante, se ambienta en la Revolución Francesa con toda su crudeza. Estancias palaciegas, cárceles y tribunales ofrecen mensajes a caballo entre lo simbólico y lo efectista.
FICHA ARTÍSTICA
ELENCO
- Andrea Chénier
- Maddalena di Coigny
- Carlo Gérard
- La Contessa di Coigny / Madelon
- La mulatta Bersi
- Roucher
- Un incredibile / L'abate
- Il sanculotto Mathieu
- Pietro Fléville / Fouquier Tinville
- Schmidt / Dumas / Il maestro di casa
EQUIPO ARTISTÍCO
- Dirección De Escena
- Director Musical
- Director Del Coro
- Orquesta
MULTIMEDIA
SINOPSIS
Cuadro I
Castillo de Coigny. Una tarde de invierno de 1789.
Se llevan a cabo con fervor los preparativos para una fiesta. A pesar de que la Revolución Francesa está a las puertas, la vida de la nobleza sigue su curso tranquilamente. El criado Gérard, que ha sido sorprendido leyendo a los enciclopedistas, ha sido obligado por sus amos a decorar el invernadero para la velada. Lleno de odio hacia la familia para la que trabaja y, en general, hacia toda la aristocracia, el joven está secretamente enamorado de la condesa Maddalena.
La fiesta comienza pronto con la llegada de los invitados, entre los que se encuentra el poeta Andrea Chénier, presentado como un escritor muy prometedor, pero que recibe las primeras críticas de Maddalena porque no escribe poemas a la moda. La condesa le invita a entretener a los invitados con algunos de sus versos y él, tras un momento de rechazo inicial, se lanza a defender el amor, en particular el patriótico, y denuncia las costumbres de los aristócratas, que están llevando al país a la ruina.
El joven, muy impresionado por la juventud de Maddalena, la invita a respetar un sentimiento tan noble como el amor, ahora despreciado por la sociedad. La condesa, impresionada por las palabras de Chénier, se disculpa con el joven. La fiesta, que acaba de comenzar, se ve interrumpida poco después por la entrada de un grupo de mendigos a los que Gérard ha dejado entrar. La condesa reprende a su criado, quien pronuncia entonces un discurso de orgullosa independencia y se arranca la odiada librea. La noble, tras pedir disculpas a sus invitados, les invita a reanudar el baile y la fiesta comienza de nuevo.
Cuadro II
París, junio de 1794, en pleno período del Terror.
Andrea Chénier está solo en la mesa de un café esperando a su amigo Roucher, que pronto se une a él con un pasaporte que le ha conseguido. La vida del poeta está en peligro: Andrea Chénier se ha convertido en blanco del gobierno revolucionario y es seguido constantemente por un “Incredibile”, una suerte de espía que Gérard, ahora uno de sus líderes, ha puesto para seguirle los pasos. Roucher insta a Chénier a que utilice el pasaporte, pero el poeta duda, convencido de que el destino le reserva un gran amor: explica que ha recibido numerosas cartas de una mujer desconocida. Su amigo le responde con cinismo, recordándole que las cartas podrían ser una trampa y Chénier, aunque a regañadientes, acepta partir. La escena se desarrolla mientras los dos amigos observan el paso de un grupo de revolucionarios, entre los que se encuentra Gérard. Hacia el atardecer, aparece cerca de un puente una joven vestida como una simple costurera: se trata de Maddalena di Coigny. Chénier no la reconoce de inmediato, ya que la condesa está muy lejos de ser la joven de antaño y su carácter altivo ha desaparecido por completo.
Maddalena admite ser la mujer misteriosa de las cartas y pide protección a Chénier: ahora está sola en el mundo y se entrega completamente a la compasión del poeta. Los dos se declaran su amor mutuo, pero el idilio se ve pronto interrumpido por Gérard, que, avisado por el “Incredibile” y todavía enamorado de Maddalena, irrumpe en escena retando a Chénier a un duelo. Mientras Maddalena huye, el poeta hiere gravemente a su adversario, quien, por amor a Maddalena, aconseja a su rival que huya con la mujer que ama, ya que lo buscan los revolucionarios. A quienes acuden a socorrerlo les dice que no conoce al hombre que lo ha herido.
Cuadro III
El interior del Tribunal Revolucionario.
Francia necesita dinero y soldados para hacer frente a los gastos de la guerra y Gérard, ya recuperado, intenta convencer a la multitud de que cada uno done lo que tenga para la causa revolucionaria. Incluso una anciana ciega del pueblo, Madelon, ofrece a la patria a su único nieto de quince años. La atención se centra entonces en el “Incredibile”, quien, tras quedarse a solas con Gérard, le aconseja que formule rápidamente la acusación contra Chénier. Gérard parece indeciso, ya que se debate entre la compasión humana, por la que la falsa acusación le resulta indigna, y la pasión egoísta. Sin embargo, es esta última la que acaba prevaleciendo. En ese momento entra en escena Maddalena, que ha venido a pedir ayuda a su antiguo criado para conseguir la liberación de su amado, pero Gérard, que desconoce los sentimientos de ella hacia él, la detiene y admite que se ha valido de Chénier con el único propósito de poder volver a reunirse con ella.
Maddalena, como respuesta, se ofrece a sí misma a cambio de la salvación del poeta y comienza a contar la historia de las desgracias infligidas a su familia desde el estallido de la Revolución. Es solo en este momento cuando Gérard, conmovido por el amor de la mujer y por los sufrimientos padecidos, decide retractarse de las acusaciones contra Chénier con el fin de que el Tribunal Revolucionario decida su liberación. Sin embargo, los planes no salen como se esperaba y, a pesar del testimonio de Gérard y de la emotiva súplica del poeta, Chénier es condenado a muerte. Maddalena, confundida entre la multitud, llora desesperada.
Cuadro IV
En la prisión de San Lazzaro, durante la noche anterior a la ejecución, Chénier, con la ayuda de su amigo Roucher, escribe sus últimos versos antes de morir. Tras la marcha de Roucher, se oye llamar a la puerta: es Maddalena que, con la ayuda de Gérard para sobornar a los guardias, ha conseguido un salvoconducto para un último encuentro con su amado.
Los dos están finalmente juntos y Gérard, llorando, sale para intentar conseguir la intervención in extremis de Robespierre. Al amanecer, Maddalena se intercambia por una prisionera, a la que entrega su salvoconducto. Se dispone serenamente a unirse al resto de los condenados junto al hombre que ama mientras se dirige hacia la muerte. Cuando suben al carro, Maddalenta y Chénier cantan: “¡Viva la muerte juntos!” En un rincón, Gérard llora amargamente mientras aprieta dentro de su mano la nota de Robespierre: “Incluso Platón expulsó a los poetas de su República”.